VACACIONES EN LANZAROTE

ROMERIA DE LOS DOLORES

21.12.2010 22:25

ROMERIA DE LOS DOLORES

 

 

En Abril de 1736, fecha de las erupciones volcánicas, un franciscano, el P. Guardián, convoca y calma al pueblo para organizar una rogativa portando la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, y dirigirse al encuentro de las corrientes de lavas. La fervorosa procesión se situó en la Montaña de Guiguán y allí prometieron solemnemente construir una ermita a la Señora si ella conseguía contener la desolación que se estaba consumando. Un individuo decidido y valiente, abrazado a una cruz de tea, se adelantó cuanto pudo al hirviente magma y clavó la cruz mientras los presentes lloraban y rogaban con fe titánica. Cuando el río de lava llegó a los pies de la cruz, aquél se detuvo, dejando de sepultar nuevas tierras y desviándose hacia las petrificadas escorias de anteriores erupciones.
Las promesas hechas a la Virgen en días aciagos y desesperantes, se olvidaron tan pronto como los insulares tuvieron paz y tranquilidad. Tinajo solo contaba con un par de ricos entre los que contaba Juan Antonio Acosta, padre de Juana Rafaela Acosta Umpierrez pastorcilla de cabras de tan solo nueve años de edad (año 1774).
Cuidaba la niña las cabras un día cuando una mujer enlutada la saludó amablemente y le dijo: "Niña, ve y diles a tus padres que cumplan los vecinos la promesa de construir la ermita, pues de lo contrario correrá el volcán de nuevo". La niña contó este encuentro a sus padres los cuales no la creyeron y riñieron por tales embustes. Días mas tarde, la niña vuelve a ver a la mujer que le dice el mismo recado, pero ella se niega alegando que sus padres la castigan por no creerla.. Pero, la Santísima Virgen, que no era otra la mujer de luto, puso su mano sobre los hombros de la niña diciéndole: "Ve, ahora te creerán". Los padres de Juana Rafaela se quedaron atónitos y sin habla, sorprendidos de ver la sombra morada, en forma de fina y bien proporcionada mano, que mostraban los hombros de la niña. A Juana Rafaela la llevaron al templo matriz para mostrarle las diversas imágenes de la Virgen, y en la de Nuestra Señora de los Dolores la niña reconoce a la mujer enlutada. A partir de ese momento todos los vecinos, ricos y pobres, se afanarán por edificar la ermita prometida en aquellas casi ya lejanas fechas de angustia y desolación. La terminación de la obra duraría alrededor de 10 años.

 

 

                                                                                                                   

 

 

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